viernes, 10 de septiembre de 2010

María


María
llamas
párpados y acudes
callada
en
ese silencio
saturado de ti
¡Háblame!
sin mover
los labios
como antes
de ser
tanta distancia.
Despierta
dulces
sombras
luces
bohemias
cantata
madrugada
lenta
mente
lentamente
bien
parida
en ese
regio estar
que

coronas
experiencia
voz
espejos
crisálidas
allende
los
hallazgos.

Te sabía
sabia y cercana
certeza y sibila
caliz de Delfos
consulta grata
parca en perífrasis
y ahora no te oigo
ni te hallo
más allá
del blog
de la repesca.

¿Qué red te atrapa?
¿Qué trenza
te ata atrás
bajo la nuca
de lo oscuro?

Echo de más
tu sigilo
y de menos
tus palabras.


Dos manos te leen la prisa
tiemblan duelen llaman calidades
desarbolan goletas sin tener puerto

Dos manos te llaman
(acaso digan María y no las veas)
denuncian naufragios inoportunos
tempestades sin vaso que las ladre
jarcias destensadas tendones vanos
del ulular del pánico que escribe
versos con tinta transparente

Sólo sé saberte un poco
sólo sé que sabes destilar
dunas de montañas árboles de ramas
besos dulces de palabra buena
del silencio más discreto que las vive


Fernando Lorente
(De Fragmentos)

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